Una exposición recupera la memoria del barrio limítrofe con la huerta, un entorno amenazado por el crecimiento de la ciudad Los visitantes hicieron un recorrido por campos y antiguas alquerías entre actores vestidos de época
El barrio de Malilla ha viajado en el tiempo para rememorar una bella etapa de su historia a través de una completa exposición documental y fotográfica que el Colegio Academia Jardín ha preparado aprovechando la conmemoración de su 35º aniversario.
La muestra, titulada "Malilla: imatges per compartir", ha servido para recordar, por unos días, que donde hoy se levantan edificios de hormigón un día hubo alquerías, huertas frondosas y acequias árabes. El colegio se encuentra en un área urbana, pero rodeado de un contexto natural, la huerta de Valencia, que da la posibilidad de profundizar en el conocimiento de la tierra. Por ello, la preparación de esta exposición ha pretendido contribuir a acercar a los alumnos y vecinos al conocimiento de este barrio, buscando así un compromiso de respeto por las raíces.
La colaboración de diversas personas que tienen o han tenido alguna vinculación con el barrio ha sido una de las principales fuentes de documentación e investigación. Son muchos los vecinos que han dedicado su tiempo y su material (fotografías, planos, aperos, incluso sus propias casas) para que esta exposición haya sido posible y del agrado de todos. Los orígenes del barrio hasta nuestros días, las escuelas de Malilla de los últimos 150 años, las alquerías, los vestidos de la época, los paisajes, el tradicional juego del canut y las fiestas de Sant Pere, fueron algunos de los temas trabajados y expuestos al público. Después de la visita, los asistentes a la exposición fueron invitados a un agradable itinerario, "Les veus de l´horta". Un día espléndido acompañó el recorrido por los campos existentes, aún hoy, en el barrio de Malilla.
La ruta, en la que participaron mayores y niños, pretendía fomentar el respeto por la huerta e incrementar los conocimientos sobre la agricultura como fuente de vida frente al desarrollismo indiscriminado del cemento y sus consecuencias. La exposición ha unido a diferentes generaciones. María Peris, de 79 años; Carmen Tamarit, su sobrina de 61; y Amparo Picó, de 50, asistieron a la cita y felicitaron al colegio y a sus coordinadores por una "exposición muy trabajada y llena de recuerdos". "Me ha recordado mi niñez", destaca Carmen Tamarit, que nació y se crió en Malilla y que aún hoy vive allí y recuerda con alegría la escuela de Don José, a la que tantos vecinos acudieron en su más pronta infancia.
Los asistentes, acompañados por un guía, pudieron convertirse en turistas de la cada vez más escasa huerta valenciana y encontrarse en su camino hacia la Barraca del Bulevar y el antiguo Casino con pequeñas representaciones realizadas por los alumnos del Colegio Jardín. Improvisados turistas Las casas de estos campos abrieron sus puertas para dejar entrar el teatro en ellas y poder revivir sentimientos, emociones, momentos y sensaciones que parecían haber desaparecido bajo las inclemencias del paso del tiempo. El "matalafer", el "llanterner", el trapero, el sereno, la mujer que vende "arrop i tallaetes", amenizan el trayecto saliendo al paso de la gente para acercarles a una época ya desaparecida. La nostalgia, y alguna que otra lágrima, se reflejó en los rostros de alguno de los improvisados turistas cuando al llegaar al final del recorrido un grupo de jóvenes muchachas, en el papel de clavariesas, rememoraron a ritmo de orquesta las inolvidables fiestas de Sant Pere.
La parte de documentación histórica se ha basado principalmente en el trabajo de investigación de José Manuel Cerdán Hernández, de la Carrera Malilla, la colaboración de vecinos y todo el personal del Colegio Jardín. El coordinador de la exposición señala que el trabajo que han realizado "ha tenido en general un componente sentimental, dado que han sido muchos los asistentes que en uno u otro lugar de la exposición han visto una parte de su pasado, de sus progenitores o el recuerdo de aquel rincón que ya no está. Recuerdos, alegrías y alguna que otra lágrima se ha escapado de unos visitantes que han proporcionado una inmensa satisfacción". La imagen y voz de un viejo "llaurador" que contempla el bello paisaje de lo que queda de huerta, sobre el fondo de las obras del nuevo hospital La Fe, pusieron fin a dos horas de visita al pasado. Ahora y siempre, Malilla será testimonio de una época, de una parte de la cultura valenciana que el Colegio Jardín ha querido subrayar con un homenaje.